My before and after.
Cuando acabe todo esto.
Ese es el mantra que más se repite a mi alrededor. El que más sale de mi boca y el que más entra por mis oídos. Cuando acabe todo esto. Es como si estuviésemos en el sueño de la Bella Durmiente esperando el beso de un príncipe que no sabemos cuándo podrá llegar. Una Bella durmiente que cree ser consciente de lo que pasa alrededor y que probablemente no lo es. Una Bella durmiente que, sea consciente o no de la realidad que está sucediendo a su lado, puede hacer poco por salir de ese incómodo sueño en el que está.
Cuando acabé todo esto podremos celebrar ese cumpleaños que se nos ha quedado perdido. Podremos comernos esa tarta que ayer Aurora tuvo comerse sola entre lágrimas. Podremos tomarnos una cerveza con Jorge y con Miguel y con tantos otros que les ha tocado cumplir años estando durmiendo. Cuando acabe todo esto he prometido comprarme un guante y una pelota de béisbol para reproducir en la calle esos partidos que echamos todos los días en el salón de casa con un calcetín lleno de papeles, un rollo de papel de envolver y una manopla de invierno. Cuando acabe todo esto iré a conocer a ese par de ángeles que aparecen con una sonrisa cada vez que se conectan a la Wifi y a los que les encanta verme tocar la guitarra. Cuando acabe todo esto se me quitará el dolor de espalda y podré cortarme el pelo.
Pero eso será cuando acabe todo esto, sí. Cuando dejemos de ser Han Solo congelado en carbonita. Bill Murray en Punxsutawney. Cyd Charisse esperando a Gene Kelly en cualquiera de esos días en los que no existe Brigadoon. Eso será cuando dejemos de ser viajeros de una nave espacial con destino lejano y en la que lo único que podemos hacer mientras sigamos dentro, aparte de sobrevivir, es querernos u odiarnos. Eso será cuando se acabe este intermedio eterno y descorazonador. Cuando las noticias vuelvan a ser distintas cada mañana. Cuando tengamos un partido, un estreno o una Season Finale en ciernes. Cuando llegue ese día en el que te hayan pasado tantas cosas que estés deseando pasar un fin de semana tranquilo en casa.
Cuando acabe todo esto llenaremos los restaurantes para cumplir todas esas comidas, esas cañas y esas sobremesas que nos hemos prometido. Volveremos a apuntarnos a un gimnasio al que seguiremos sin ir; volveremos a prometernos estudiar eso que siempre hemos querido estudiar o jurarnos hacer eso que siempre quisimos hacer. Volveremos a plantearnos promesas que seguiremos sin cumplir porque ahí está la gracia del asunto. Cuando acabe todo esto volveros a equivocarnos, y a no mirar por la ventana, y a tener meridianamente claro lo que somos. Cuando acabe todo esto es probable que incluso olvidemos lo que era estar aquí dentro.
Pero sí, todo eso será cuando acabe todo esto.
My before and after - Cotton Mather (1997)
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